lunes, 9 de enero de 2012
La puerta de Soledad...
Acompañado iba de ella. Como sola se encontraba decidí acompañarla y no dejarla nunca. Vivir un romance intenso con aquella compañera que siempre me ha sido fiel, aquella que nunca me da problemas, y que me acompaña siempre que los demás no se encuentran cerca o a la mano. Insensato fue pensar que podría dejarla. Que insensato era. Ella siempre me acompaña cuando yo la necesito, no puedo dejarla ahora... y si quieren saber su nombre, ella se llama Soledad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ups... No es por descepcionarlo, pero creo que ella me acompaña más a mí que a usted, eh y no es por presumir, jajajaja Muy bueno!!!! Samuel
ResponderEliminarJajaja, yo y mi malos penamientos... era la soledad de quien hablabas, jejeje.
ResponderEliminarBesitos.